- Lava tu cara con agua templada o fría. Esto revitalizará tu rostro en cuestión de segundos y retiraremos las impurezas.
- Desmaquillarse correctamente. Entre leches y aceites elegiremos el que más se adapte a nuestro tipo de piel. La forma adecuada de hacerlo es aplicar el producto por el rostro con movimientos circulares y retirar con un disco de algodón.
- Usa una mascarilla revitalizante después de lavar con agua fría al menos dos veces en semana.
- Una vez limpia de impurezas y revitalizada, hemos de aplicar el tratamiento facial adecuado. Se aplica una pequeña cantidad en la cara y en el cuello rostro con un masaje suave que facilite su absorción.
- El rostro se debe lavar mañana y noche si tenemos la piel grasa, y hacerlo sólo por la noche es suficiente en las pieles de normales a secas.
- Antes de ir a dormir hemos de preparar la piel y aplicar un tratamiento que nutra nuestra piel. Uno de los remedios más eficaces es humedece un algodón con agua de rosas y aplicarlo sobre la cara con pequeños toques.